martes, 22 de julio de 2008




De repente la inesperada voz
me pone fuera de mi blanda holgura,
me deja resbalando en el veloz
tobogán que precipita la cordura.
Y yo, que no tenía previsto andar
ninguna senda lejos de mi huella,

descubro que he sido arrojado al mar,
lanzado como piedra a las estrellas.
A ver los claroscuros del amor,
la suma de toda la maravilla...

1 comentario:

Nico dijo...

te amoooo!!! gracias por todooo:)