Y mi tristeza de amar
va en esa barca que guía
tu faro blanco al girar.Ay, paloma que asomas al mar,qué hay en tu aire que me hace temblar.
Qué he perdido en tu ciudad, qué he deseado y no recuerdo,
qué melodía fugaz se me voló mar adentro,que la marea al pulsar junta en su agua que perduramientras mi sangre que pena al latires lo que pasa y no dura,
es lo que brilla y se va.
Necesitaría que me transformarauna ciencia oculta, algún arte de magia, en la nave que deja esta tierra maldita y navega rumbo a tu orilla sagrada. Necesitaría volverme invisible para entrar secretamente a tu morada y poder hacerme impalpable, inaudible,para deslizarme hasta el fondo de tu alma. Para que no intuyas que estoy al acecho necesitaría no ser casi nada,la inquietud apenas que agita tu pechocomo una jauría de perros fantasmas. Necesitaría un ángel, por lo menos, para verte desde las cornisas altas, y un plumaje firme que aguante los truenos mientras la tormenta grita en tu ventana.Necesitaría un pozo de silenciodonde sepultase mis palabras vanas,y quizás un día ver que forma tengocuando me refleje limpio en tu mirada. Necesitaría luz de plenilunio pa' prender candiles en tu espejo de agua, fuego en tu ribera de cauce nocturno y viento propicio en tus velas izadas. Tiempo del desierto necesitaría, o del mar que insiste y rompe las amarras, para despertarte de tu sueño de ave y pulsar tus cuerdas como las guitarras.Necesitaría lo que ya no tengo, esa cercanía de luna mojada; y mientras me tardo porque estoy volviendo necesitaría que no me olvidaras.